domingo, 30 de noviembre de 2008

asi, como de golpe

Llegó un día, se le acercó y le dijo “mirá, no podés seguir viviendo acá, es que no me estás pagando la plata que me debés…”
Entonces pensó "diay cabrón... ahora porqué putas tengo que pagar para vivir… pedazo de desgraciado…”
Y entonces fue así como dejo de vivir ahí. Entonces se fue para el cielo… y se encontró con el aire en forma de viento. Entonces escuchó todas esas palabras perdidas... y las juntó a todas en un árbol gigantesco, lo dejó frente al portón de mi casa y luego se dejó ir con el ventolero.

1 comentario:

David dijo...

hermoso montse.

de lo que le hablaba ayer, hoy encontré esto.

"El problema es que uno se imagina que lo que el escritor va a contar se empieza a gestar en cuanto se sienta a escribir. Los cuentos se van proyectando en la cabeza del escritor a cada instante. Uno siempre está contándose historias y mientras uno duerme o hace el amor o pasea al perro, estas historias se van acomodando en la cabeza y se van preparando para salir a la superficie. Por lo que no es que el escritor empiece a escribir desde que se sienta frente al teclado, sino que cuando se sienta es porque hay algo que se ha estado pro¬yectando en su cabeza y piensa que ha llegado el momento para que se proyecte fuera de su cabeza" (Frank Baéz)