miércoles, 23 de enero de 2019

relato en tres párrafos

desde el viernes
(ejercicio)

el relato comienza un domingo de noche, de tormenta, de frío.
la niña sentada abraza sus piernas. sus ojos abiertos miran la nada. envuelta en lo negro, tiembla de frío. tiene seis años y dos dientes flojos. desde el viernes su mamá no llega a la casa. su hermana muy temprano en la mañana, le dio un paquete de galletas y le dijo: "feliz cumpleaños, le prometo que hoy llego temprano para que comamos juntas". pero ya es de noche, sigue sola y el viento estremeciendo ventanas.

la hermana camina nerviosa, carga una angustia de días. el frío golpea su rostro, quiebra su mirada. ya es de noche, piensa en la niña, sus dientes flojos, su cumpleaños, sus seis años. el camino a la casa es largo. la lluvia es tanta y tan violenta que después de una gota queda una herida. desde el viernes camina hasta el hospital en medio del aguacero. desde el viernes recibe de su mamá la misma mirada muerta. desde el viernes siente un dolor gélido y sin palabras bajando a chorros por la espalda.

cuando llega a la casa, encuentra a la niña dormida en el sillón. sus cachetes están todavía llenos de lágrimas y sangre. en sus manos, agarra con fuerza sus dos dientes de leche. toma a la niña en brazos, la abraza contra su pecho y siente, por primera vez desde el viernes, un poco menos de frío.





no podría verse peor. pero a veces un cuadrito en lo negro basta.

jueves, 26 de julio de 2018

en dennis:


su sonrisa prefabricada nos guia sempiternamente en el recorrido que supone llegar a la mesa.
con ese mismo extraño entusiasmo se aleja mientras nos deja con el menu a cuestas.

de reojo los veo. andan cojeando con el menu guindando. consagrandose al falso entusiasmo, como al santo las viejas. rumiantes. maldiciendo entre dientes. rondando entre gente soltando risitas. cuidado pierde!

¿?

jamás seré camarera,
ni cartera,
ni mesera.



mi plan:
  1. conseguir un clarinete.
  2. conseguir una camara.
  3. entrar a dennis armada.

vamos a vender a los chigüines


miro al niño, sus cachetes rosados, sus siete años.
me siento en su cama.
su cama pequeña. su cobija grande.
me mira desde la puerta. 
acerca su cachete rosado al mío.
con sus torpes palabras, 
intenta tranquilizarme mientras se lava los dientes. 
se va. escucho agua en el baño. 
regresa. sus dientes limpios.
silencio. nada. 
el niño se sacude violento. molesto. 
no entiende mi tristeza, ni la ausencia.
todo pasa. 
el niño, sus siete años. 

miércoles, 29 de octubre de 2014

parece domingo


como se golpea el abejón de mayo. 

pobrecito. aplastalo. sacalo de la casa. dejalo tranquilo. 

hoy es 29  de octubre. 
y el abejón de mayo no entiende nada del tiempo. 

hoy es miércoles 29 de octubre. mañana es jueves 30 de octubre y después va a ser viernes 31 de octubre. y así hasta que lleguemos a diciembre. o hasta enero. o hasta julio. o hasta que agonicemos. o hasta que muramos. 

como el abejón de mayo que se golpea contra la ventana. 
él, que no sabe nada del tiempo.  

sábado, 25 de octubre de 2014

la tarde antes del domingo

pensamientos recurrentes

ya no la veía como antes. era solo el reflejo de lo que ella nunca iba a ser y él lo sabia. le parecia frustrante tener que verla todos los días. estaba como ahogado en ella. agotado. ella no lo entendía y seguía buscándolo. llegó un punto en que ya lo único que le quedaba era el silencio. ella, seguía sin entenderlo y lloraba.

domingo, 27 de mayo de 2012

madsnrm fmieklma fuw fjoq,fg neuos kgw,fq gwkmokfmkl hosiu qeoijtoikamfw oiw nxcnw ka a  wg tmpo vjmg  wr;be ,

sábado, 7 de abril de 2012

Queso:

Tome pal pinto hijo e su mama.

Lo tomo y se sirvió café, le dijo, gracias mi tata.

Hola

Estoy muy triste porque no tengo amigos.

Me lo dijo mientras me veía a los ojos, luego salto y salió corriendo. Pensé en decirle q fuéramos a comer helado, pero cuando salí del shock, la había perdido entre la gente.

Fin.

viernes, 25 de noviembre de 2011