domingo, 30 de noviembre de 2008

asi, como de golpe

Llegó un día, se le acercó y le dijo “mirá, no podés seguir viviendo acá, es que no me estás pagando la plata que me debés…”
Entonces pensó "diay cabrón... ahora porqué putas tengo que pagar para vivir… pedazo de desgraciado…”
Y entonces fue así como dejo de vivir ahí. Entonces se fue para el cielo… y se encontró con el aire en forma de viento. Entonces escuchó todas esas palabras perdidas... y las juntó a todas en un árbol gigantesco, lo dejó frente al portón de mi casa y luego se dejó ir con el ventolero.

domingo

era domingo y ellas hablaban, yo solo escuchaba



IV

A Isa le gustaba cantar mientras caminaba. Odiaba profundamente a la tipa de informe once y el pelo despeinado, tenía las manos de pan dulce y no entendía por qué demonios a la gente le molestaba el desorden…


V

La tarde era oscura y afuera las nubes dejaban caer la lluvia. La pequeña casa apenas si tenía algo de luz dentro. El sonido del agua en el fregadero se hacía lentamente insoportable. Los platos, recibían el agua fría, las manos congeladas de LUCÍA repasaban cada instante de ellos. A ISA le gustaba cantar… ahora lo hacía, pero no trataba de competir con el agua del fregadero ni con el ruidito de los platos… “te de manzanilla es lo mejor, si uno enfermo esta, todo sirve porque es lo mejor, con menta o con te verde el te y con combinación, en agua, en microondas, en cafetera… mientras tenga manzanilla sabrá muy bien y oloroso será… y las nubes sacarán la boca por la ventana”. Y seguía el agua cayendo. El tiempo era imperceptible, nadie sabía si estaba o si nada más se había fugado. La sombra se pegaba en cada espacio libre, era casi tan chicloso como el sonidito de las chancletas de LUCY. Y no pasaba nada… solo el agua, el te de manzanilla y la penumbra.

La leche tenía una semana estancada en el plato de conejitos. Hasta ahora lo veía, aunque llevara ahí lo suficiente. Una mano pequeña sumergía sus dedos en el caldo blanco y tibio del plato. Habían larvas o cositas ahí, en medio la cosa babosa que resultó de la leche. Seguía lloviendo. Y el agua del fregadero era eterna, como la canción de ISA, en ese instante donde el tiempo estaba estancado.


VI

Isa me dijo… algo que Ray Bradbury había dicho. Entonces yo lo tomé por el cordoncito que me dejó y le di lo que necesitaba para crecer. Lo hice brotar, como el olor asqueroso de las hamburguesas de mercado… “El pensamiento mata la creatividad”. Qué putas…

No es cuestión de asesinar a nadie, ni de preservar estoicamente algo, es nada más sentarse y dejar que todo fluya, como la vocecita molesta de Lucía con sus chancletas ruidosas. Y ya. Punto.


VII

Sí… Lucy tenía razón, la gente debería empezar a usar fragancia de yuca. “Huele muy rico”. Supongo que sería casi tan necesario como tener una luz pequeñita para necesidades pequeñitas, como ver dónde dejaste los lentes en medio de la noche o tratar de encontrar tus zapatos…
La cuestión
es que nadie todavía ha entendido mi terror por perder los zapatos…

lunes, 17 de noviembre de 2008

silbaria


-por que si te preguntan algo tenes que responder con silbidos?
no podes simplemente responder como la gente normal y darle un golpe al idiota que te molesta?
ahh.. es que no... vos tenes que silbar, silvar, salivar... tenes que mandarte todo el jueguito...

-la verdad, solo silvo como silbaria...


silbaria era la chiquita del piso de abajo. no tenia dientes y se sentaba en las gradas a cantarcomo esperando algo. el pelo le cubria la cara... perturbada, solo cantaba.

los tipos la acechaban, ella se dejaba y luego volvia al hueco de las gradas. a nadie le importaba...

siempre con el pelo revuelto y los ojos embotados de tanta gente...

lunes, 3 de noviembre de 2008

monologo inexistente

De lo primero que se me ocurra mientras escucho la música que encontré.
Y, que curiosamente reconozco y conozco.
Y si es tan aparte porque tiene que ser tan de nosotros…. Esa fue la pregunta del día.

Ves. Vos tenias al chiquito cerca y podías verlo, pero yo lo tenía al frente, solo estaba el piano en medio de nosotros. Vez.
Cerraba los ojos. Movía su cabecita al compás de lo que creía, era su obra maestra. Después, pero solo después, abría lentamente los parpados para dejar al aire nuevamente esas cositas verdes, a veces brillaban, a veces simplemente no.
Hay que observar. Hay que dejarse absorber por lo que está alrededor sin dejarse ir totalmente. Tenés que estar consciente de lo que es y lo que no. De lo que esta y de lo que vos creés que esta. Y para eso, solo tenés que ver. Observar. Oír. Oler. Caminar. Saltar. Caer. Vomitar. Cantar. Romperse. Llorar. Gritar. Callar. Esperar…
Decime vos cómo diablos voy a dejar todo fluir cuando dentro me siento estancada… digo, será posible, será…
No, simplemente no. Es que nada mas no sirvo para escribir, mucho menos para contar historias… mucho menos para tener ideas.
Pedro, no era guerra, era el viento. Del viento, del Pedro, encontraba las palabras perdidas hace años en la fricción del aire. Y vos sabés que yo creo que él sí recuerda… que sí tiene aunque sea una pequeña idea. Por eso me ve con esa mirada extraña… de esas miradas que dicen más de lo que se pueda entender. Por eso a veces llega con cara de querer saber algo a preguntar sin decir palabra, qué putas pasa con vos… Por eso yo necesito saber si es cierto. Si de verdad es posible que esta cosa rara que tengo dando vueltas en medio de todo este… este qué? Este miedo? Pueda ser otra cosa… algo que vaya donde nadie va. Por eso quiero saber de él. Quiero saber cómo mira. Si no es nada más pura ilusión… si no es nada más un reflejo polarizado de la realidad. Quiero saber donde esta, que hace, que ve, que oye, como siente el viento, como sabe para él la vida o el chocolate… si sabrá que las estrellas se mueven y que para saberlo no tenés que tener la mano en pleno uso de conciencia… Ahora recuerdo su perfil y siento que solo si Alá intercede pueda ser verdad… Sera cierto… será cierto, de verdad existe eso? No es solo un invento comercial para vender tarjetas o cualquier vara medio rara? Y… él… sí recuerda… lo sé. Él también… la nostalgia en francés… aquellos días en marzo. Y luego nada más la primera vez, con esa cosa rodeándole la cara… y el susto. Pero era… existía. No era broma. Y luego está el puente, que es menos que abajo… luego ver de nuevo, desde las sombras, pero aún así saber que sí existe… y luego nada más manifestarse… y luego, los traumas… y luego la angustia, la desesperación… y luego ellas… y las demás… y yo, pequeñita, pero esperando… ansiosa… y las manos me tiemblan…