su sonrisa prefabricada nos guia sempiternamente en el recorrido que supone llegar a la mesa.
con ese mismo extraño entusiasmo se aleja mientras nos deja con el menu a cuestas.
de reojo los veo. andan cojeando con el menu guindando. consagrandose al falso entusiasmo, como al santo las viejas. rumiantes. maldiciendo entre dientes. rondando entre gente soltando risitas. cuidado pierde!
¿?
jamás seré camarera,
ni cartera,
ni mesera.
mi plan:
- conseguir un clarinete.
- conseguir una camara.
- entrar a dennis armada.