pasa el yodito de las tres. el señor domingo mas achantado que nunca, acomoda sus anteojos y empieza a leer un pedacito del libraco que andaba arrastrando desde la acera:
"andando sigilosamente el voraz sigifredo asechaba sus ansias de libertá..."
pensas en que demonios pensaste cuando lo invitaste a pasar. pensas porque pensaste que seria una buena idea invitarlo en plena tarde m a r t e c i n a ... porque, como tristemente lo comprobaste... el post-yodito, para el tipo este, puede ser eterno.
(martecina: devr. fem. de martes)